Mi vida social está hecha una pena. Por motivos que no vienen al caso -pero que no sólo no lamento, sino que me agradan soberanamente-, mis únicas relaciones extralaborales son... esto... ummm... bueno... ¡sí!, con el frutero, al que veo a menudo porque no me gusta la fruta blandurria, así que termino por ir a comprar un día sí y dos no -o casi-.
El caso es que ayer me habían propuesto un plan de lo más apetecible. Tocaba en Clamores el Trío Swing Brasil. No digo quién me invitó, porque suscitaría muchas envidias y estoy harta de desperdigar por mi casa amuletos antivudú. Pero, claro, entre trabajo, luego más trabajo, después un poquito más de trabajo, luego la compra -ayer tocaba frutero, aunque las manzanas que me vendió no eran de lo mejor que me ha tocado, la verdad- y luego un poco más de trabajo otra vez, cuando dio la hora de bajar a la gran ciudad yo ya no tenía el ánimo más que para meterme en la cama, sin desmaquillar ni nada -aunque conste que me desmaquillé, más que nada por no pringar de rímel las sábanas, tan blanquitas ellas-.
En cualquier caso, prometo ponerme al día en esto de la música brasileña. Además, me va a hacer falta. Ya contaré por qué, y no tiene nada que ver con menear el culo para librarme de la celulitis. Aunque, ya que lo pienso, también.
Por cierto, y cambiando de tercio, también me he perdido esta semana -bueno, la pasada, pero es que para mí los días se suceden en semanas interminables y apenas distingo dónde termina una y dónde empieza siguiente- a la Argentina, una de las últimas revelaciones del flamenco patrio.
Le preguntaré a la condesa, que de esto sabe un rato. Ella fue la primera en hablarme del Pitingo, cuando no lo conocían ni en su casa. Y mira si acertó.
Argentina, Se me perdió en Sevilla.
Pitingo, Killing me softly with this song.
La Condesa...menudo ojo tiene. La verdad que este Pitingo me tiene descolocado totalmente.
ResponderEliminarNo te agobies con el curro ;)
Yo no lo tengo muy oído, pero mola un montón. Por no hablar de lo que le alegra a una la vista, claro.
ResponderEliminarPor el curro... pues, efectivamente, trataré de no agobiarme. De disfrutarlo. Que al final es lo que cuenta, ¿no?
Admirada Noelia, yo me conformaria con saber la mitad de lo que sabe la Condesa de flamenco, pero Pitingo y Argentina flamenco, flamneco no es. Yo es soy mas del cante de Terremoto padre, El Torta, Mercé cuando canta flamenco, Menese, etc.
ResponderEliminar¡Que bonito es disentir!
Del trabajo pasa, ya sabes que al final las empresas, cuando ya no les sirves o no les interesan, te tiran a la basura. ¡Otra vez la basura! ¿que me pasa? ja,ja,ja.
A tus pies
El Coronel
Ay, coronel, sí que disiento, sí. Yo creo que son flamenco. Otro tipo de flamenco, pero flamenco. Claro que también me gusta Terremoto, y me gusta Mercé, y me gusta Menese...
ResponderEliminarY te lo creerás o no, pero a mí el trabajo me sirve de terapia. Eso sí: tengo que tomármelo con más filosofía.
Besos.
Noelia, nada, nena, que te estoy haciendo una persecución telefónica por tierra, mar y aire de puta madre y no doy contigo. ¿Dónde te metes, pendón?
ResponderEliminarEl comentario anterior es mio, se me olvidó firmar.
ResponderEliminarLa condesa de Estraza
Noelia, tranquila que ya llegaras a mi edad y ya no será terapia, sera un castigo. Claro que yo nunca he tenido la suerte de trabajar en lo que me gustaba y eso debe influir mucho.
ResponderEliminarYa he contestado a la Condesa y creo que todo esta claro.
A tus pies
El Coronel
Condesa: creo que ya nos hemos encontrado mutuamente, ¿no? Muchas gracias por todo, aunque no te guste que te las dé. Besazos.
ResponderEliminarCoronel: efectivamente, el trabajo sólo puede usarse como terapia en dos casos: si a uno le gusta o si gana mucha pasta con él (lo segundo aún no lo he probado, pero no descarto hacerlo algún día).
Ey, Pitingo es de mi pueblo...
ResponderEliminarUn Saludo